Leyenda de Sevilla: ¿qué pasó con la Cabeza del rey don Pedro?

Son muchas leyendas las que acompañan la historia de la ciudad de Sevilla. Tantos años de conquista, de reyes y culturas hacen que la leyenda de Sevilla de la cabeza del rey Don Pedro sea una de tantas historias que os dejarán boquiabiertos y con ganas de saber más de la capital hispalense. Se le conocía como Pedro I el cruel por sus detractores, o Pedro el justo o el justiciero por sus aliados. Ya solo con ese apodo se puede uno imaginar cualquier tipo de maldad convertida en leyenda o tal vez historia real, ¿quién sabe? eso lo dejamos a la imaginación y opinión de cada uno.

Cómo comienza la leyenda de Sevilla

Allá por el siglo XIV, el rey Pedro I y un caballero de los Guzmanes eran enemigos absolutos, ya que el caballero intentaba destronar al rey en favor de los Trastámara-Guzmán. Iba sembrando mentiras y atrocidades de las que el rey no tardaría demasiado en ser informado.

Pedro I no podía mandar ejecutar al caballero pues supondría una Guerra Civil con la importante familia de los Trastámara. Por otra parte, tampoco podía permitir que se ensuciara su  honor, así que pensó que un duelo sería la mejor opción.

Una noche, conociendo los hábitos y costumbres del traidor, lo esperó en la calle de los Cuatro Cantillo, y allí le pidió ajustar cuentas. El rey, más hábil, dio muerte al caballero de una estocada en el pecho. 

Una señora mayor fue testigo de todo aquello en la penumbra, alumbrando un candil para ver qué ocurría.

A la mañana siguiente la anciana lo comentó al hijo de Juan el carbonero, que había sido testigo de un duelo en el que una persona había muerto.

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Reclamando justicia al rey

Ese mismo día, en Sevilla, se extiende el rumor que un poderoso caballero de la familia de los Guzmanes ha muerto en un duelo en las calles de la ciudad y su cuerpo ha sido llevado al palacio de la calle Jesús.

Ante el rey acude el conde de Niebla, don Tello de Guzmán, reclamando justicia por la muerte de su hijo. 

El rey pregunta, ¿por qué piensa que han matado a su hijo? según me han informado, las características son más bien las de un duelo.

El conde le explica indignado, junto al cuerpo se encontró un candil y fue atacado por sorpresa y por ello, pido justicia.

Leyendas de Sevilla

Para calmar a aquel padre que lamenta con orgullo la muerte de su hijo el rey le promete a Tello de Guzmán, delante de los caballeros, que si el matador de su hijo es descubierto, mandará poner su cabeza en un nicho, en la pared, en el mismo lugar de su muerte.

Recompensa del rey don Pedro

El rey manda un pregón a toda Sevilla en el que promete premiar con cien doblas de oro a quien llegue con  información sobre el asesino.

Esta noticia llega a oídos del carbonero quien informa a su madre: “madre, la fortuna llama a nuestra puerta”. No tarda en pedir ser recibido por el rey con sus mejores galas.

El rey lo recibió con sorpresa y cierto temor y le dice, si estás mintiendo te encerraré en la mazmorra. 

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Y el chico le respondió que no mentía, pero que se lo diría a solas, sin la presencia de guardias o criados, ni de ministros o consejeros.

El chico le comentó cómo su madre, desde una cercana ventana había sido testigo del duelo de aquellos dos caballeros. Juan el carbonero le dijo además que fuera con él y para mostrarle de frente al asesino. Y llevó al rey a un espejo que había en el salón, el rey se colocó en frente y le dijo, lleváis razón, ese hombre es quien mató al caballero Guzmán. Pero a partir de ese momento le prohibió contarlo a nadie más o le mandaría ahorcar.

El rey pensó que verdaderamente ese buen hombre le había dicho quien era el verdadero matador del hijo del conde de Niebla, por lo que mandó a su mayordomo que le pagara las cien doblas de oro prometidas y fuera en paz.

Promesa del rey don Pedro

Al saber de la noticia los Guzmanes, se personaron ante el rey para exigirle que cumpliera su promesa en la calle de los Cuatro Cantillos. El rey les dijo que esa misma tarde estuvieran en el lugar, y la cabeza quedaría expuesta tal y como había prometido.

La expectación fue total y muchos vecinos de Sevilla se acercaron hasta allí para comprobar cómo el rey cumplía su promesa y colocaba la cabeza del asesino del caballero Guzmán.

Llegó el verdugo escoltado por un dispositivo de guardias con un cajón, redobló el tambor y leyó el pregonero: «Manda el muy alto y poderoso rey don Pedro, que la cabeza del hombre que mató al hijo del conde de Niebla sea puesta en un nicho en la pared de este lugar, donde cometió su homicidio.

Leyenda de Sevilla

Pero por tratarse de persona muy principal, y por importar a la tranquilidad, sosiego y paz de esta ciudad, no se conocería quién fue el matador, ya que entre las familias del matador y el muerto se podrían hacer bandos y luchas. Ordenó el rey que la cabeza se pusiera en el nicho, tal y como estaba metida dentro de un cajón. De eso modo nadie podría abrirla para reconocerla. Y se dispuso un fuerte dispositivo para que nadie pudiera robar o conocer la identidad del asesino.

¿Quién fue el asesino de la leyenda de Sevilla?

Cuando murió el rey Pedro I, años después, en la guerra con su hermano bastardo Enrique de Trastámara, en Montiel, Dos Tello de Guzmán fue gobernador de Sevilla.

Nada más llegar a la ciudad hispalense mandó quitar la reja y abrir el cajón que debía tener la cabeza del asesino de su hijo. Pensaba clavarla en una pica y mostrarla, aunque fuera su calavera, a toda Sevilla. Al romper el cajón una exclamación surgió entre el público allí presente: no había restos óseos, sólo una cabeza de piedra del mismísimo rey Pedro I que parecía vengarse, desde el más allá, aún más, de los Guzmanes.

Don Tello de Guzmán habría querido destrozar allí mismo aquella cabeza de piedra que parecía una burla. Pero el Guzmán sabía que su hermano bastardo, y nuevo rey, Enrique de Trastámara, no lo hubiera consentido.

                                                          

Así se dejó la cabeza expuesta en una hornacina, en la calle del Candilejo, hoy llamada, muy apropiadamente: calle Cabeza del Rey don Pedro. 

Si paseas por esta calle de Sevilla y alzas la vista, verás un busto de mármol que representa esta curiosa leyenda de la ciudad. Próximamente publicaremos más artículos leyenda de Sevilla, no te las pierdas, pues son una manera emocionante de conocer la ciudad. De esta manera, cuando pases por la calle Cabeza del rey don Pedro, no será una calle más. Podrás vivir en tu imaginación la aventura que vivió la ciudad según cuenta la leyenda, y encontrarte exactamente en el mismo lugar donde sucedieron los hechos, viendo el suceso en primera fila. El candil, el nicho con la cabeza, el nombre de la calle…todo hecho leyenda de Sevilla.

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